2008
MARIANA NARVÁEZ.
Ahora es considerado como uno de los mejores porteros del mundo, si no el mejor. A sus 27 años con Zamora en mano es el portero menos goleado esta temporada. Cierto que no es el capitán del Real Madrid, pero no es menos hombre ese que está parado bajo los tres palos defendiendo la casa blanca. Cuando se le necesita siempre está atento y alerta. Portero de su club y de su país, algo que ni el propio capitán ha podido volver a lograr. Siempre se le ve sereno, responsable y se sabe que no le gusta perder. Sale con el coraje de un león, pero al ver o tratar a futbolistas de equipos que juegan en su contra siempre les saluda con una sonrisa y un abrazo. Es querido en su barrio de Móstoles, el que le vio crecer, y en Navalacruz, el pueblo de sus abuelos, querido por el madridismo y por España entera.
Iker es también respetado por futbolistas de su club, de su país y del mundo entero. Celebra los goles de su equipo con entusiasmo. Llora cuando ganan ligas porque hay mucho esfuerzo detrás de esas lágrimas. Y cuando pierden se ve marcada la tristeza en su semblanza y la frustración en su mirada. Ha crecido a los ojos del mundo, de ser un chaval de 19 cuando debutó en San Mamés, ahora es un hombre vitalicio en su club. Ha ganado mundiales y europeos con las selecciones inferiores, ligas, supercopas, y liga de campeones. Es un ejemplo a seguir e ídolo de muchos niños. Ayuda al necesitado y quiere ser un día presidente de su club. Seguro que lo será y del mismo modo que ha hecho todo en su vida, lo hará de la mejor manera posible. Y seguro que hará historia. No sólo es el mejor portero del mundo; es buen hijo, buen amigo, buen hermano y buen compañero. Se le han hecho canciones en su nombre, estatuas de cera y hasta sus manos están aseguradas. Detrás de esos guantes hay un gran corazón, un corazón que late y sangra por el Madrid. Es sencillo y lejano a lo que se califica como galáctico. Aunque sus paradas son de fuera de este planeta, él es de carne y hueso. ¿Que más se puede pedir de un ser humano que Iker no tenga? Nada.
MARIANA NARVÁEZ.
Ahora es considerado como uno de los mejores porteros del mundo, si no el mejor. A sus 27 años con Zamora en mano es el portero menos goleado esta temporada. Cierto que no es el capitán del Real Madrid, pero no es menos hombre ese que está parado bajo los tres palos defendiendo la casa blanca. Cuando se le necesita siempre está atento y alerta. Portero de su club y de su país, algo que ni el propio capitán ha podido volver a lograr. Siempre se le ve sereno, responsable y se sabe que no le gusta perder. Sale con el coraje de un león, pero al ver o tratar a futbolistas de equipos que juegan en su contra siempre les saluda con una sonrisa y un abrazo. Es querido en su barrio de Móstoles, el que le vio crecer, y en Navalacruz, el pueblo de sus abuelos, querido por el madridismo y por España entera.
Iker es también respetado por futbolistas de su club, de su país y del mundo entero. Celebra los goles de su equipo con entusiasmo. Llora cuando ganan ligas porque hay mucho esfuerzo detrás de esas lágrimas. Y cuando pierden se ve marcada la tristeza en su semblanza y la frustración en su mirada. Ha crecido a los ojos del mundo, de ser un chaval de 19 cuando debutó en San Mamés, ahora es un hombre vitalicio en su club. Ha ganado mundiales y europeos con las selecciones inferiores, ligas, supercopas, y liga de campeones. Es un ejemplo a seguir e ídolo de muchos niños. Ayuda al necesitado y quiere ser un día presidente de su club. Seguro que lo será y del mismo modo que ha hecho todo en su vida, lo hará de la mejor manera posible. Y seguro que hará historia. No sólo es el mejor portero del mundo; es buen hijo, buen amigo, buen hermano y buen compañero. Se le han hecho canciones en su nombre, estatuas de cera y hasta sus manos están aseguradas. Detrás de esos guantes hay un gran corazón, un corazón que late y sangra por el Madrid. Es sencillo y lejano a lo que se califica como galáctico. Aunque sus paradas son de fuera de este planeta, él es de carne y hueso. ¿Que más se puede pedir de un ser humano que Iker no tenga? Nada.
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